Turismo slow
En plena temporada alta de verano muchos deciden huir de las aglomeraciones, de las playas repletas de gente o de las fiestas populares de los pueblos y prefieren vivir unas vacaciones más relajadas y alejadas del ruido. Hoy hablamos sobre el turismo slow.
¿En qué consiste este tipo de turismo?
Se trata de una tendencia que cada vez gana más adeptos ya que busca una forma más relajada de viajar. Consiste en viajar sin horarios, en disfrutar tranquilamente sin llenar la agenda de miles de quehaceres por pensar que así es como más se aprovecha el tiempo en vacaciones. Un viaje lento, tranquilo, donde se disfruta de los pequeños detalles: pasar la tarde esperando una puesta de sol, saborear una comida típica de la zona y con productos locales e incluso participar en su elaboración para conocer todos los secretos de la cocina local.
Las actividades slow están orientadas a conocer el destino pero también a relacionarse con la gente de la localidad. Son actividades responsables con el medioambiente y que promueven un turismo sostenible.
El turimo slow se refiere también a una manera de viajar, a la actitud con la que se viven esos días libres: sin estrés, sin prisas, olvidándose del móvil, de las redes sociales, del correo… en definitiva, se trata de desconectar realmente de la rutina y de las costumbres que nos atan a diario.
Debemos hablar también del movimiento que se ha generado en torno a este tipo de turismo y cómo muchos pueblos se han sumado a esta tendencia. Cittaslow nació en Italia en 1999 para ampliar la filosofía del Slow Food a municipios locales para acercarlos al concepto del buen vivir.
Las ciudades declaradas como ‘Slow’, pertenecientes a la Red Estatal de Municipios por la Calidad de Vida, deben cumplir con una serie de requisitos relacionados con su política ambiental y urbanística, fomentar las nuevas tecnologías en pro del bienestar de los ciudadanos y la puesta en valor de las producciones autóctonas. Balmaseda, Begues, Begur, Lekeitio, Morella, Mungia, Pals y Rubielos de Mora son los municipios españoles adheridos Cittaslow.
¿Y qué se les exige a estos lugares?
- Minimizar los impactos sociales, económicos y ambientales negativos.
- Promover la generación de beneficios económicos para la población local y mejorar el bienestar de los visitantes y turistas.
- Promover la participación de los agentes y empresas turísticas para la toma de decisiones que afectan al turismo.
- Hacer contribuciones positivas a la conservación del patrimonio natural y cultural diverso.
- Proporcionar experiencias agradables para los turistas a través de conexiones significativas con las tradiciones culturales, sociales y ambientales locales.
- Proporcionar el acceso normalizado para todo tipo de discapacidad física y psíquica.
- Fomentar el respeto entre turistas y anfitriones, generando y construyendo un ambiente de confianza y orgullo local.
La tecnología también puede ayudar a promocionar este tipo de experiencias locales y autóctonas a través de aplicaciones como Turistrip desde donde se podrían comercializar todas aquellas actividades destinadas al turismo slow.